Aprovechando la pretemporada
veraniega y que no hay fútbol oficial que nos desvele, utilizamos el tiempo para leer
un poco.
Esta vez es un
cuento de Francisco Maldonado. Breve pero conciso donde podemos revivir lo que fue la conquista del campeonato de 1992 y
lo que representó para el hincha de Boca volver a salir campeón.
A leer y a
disfrutar...
Trepado al alambrado
Para algunos será
un gol más, para otros no será nada o quizás ignoran que haya existido. Pero
para nosotros fue un golazo, fue un título y un desahogo después de tantos años
de malas. Porque 11 años en términos futbolísticos son demasiado cuando hay mas
malas que buenas.
Yo era pibe y
todavía recuerdo ese sudor frío en la espalda cuando Solves tiró ese baldazo de
agua helada y paralizó el corazón de muchos que se negaban a morder el polvo de
la derrota en una nueva injusticia (como
también revivió a varios muertos).
Pero apareció él,
un desconocido que se vistió de héroe y en cuestión de segundos hizo desatar un
carnaval a lo largo y ancho del país y mas allá.
Técnicamente fue muy
lindo gol. Se ganó el espacio, se sacó de encima a los marcadores y la
cruzó de derecha ante la salida del arquero entrando la pelota junto al poste
derecho del 1 tucumano.
Si hubiera sido
de cabeza, de chilena o con la mano era lo mismo. El objetivo se cumplía y a título
decorativo, el héroe se trepó al alambrado para compartir esa felicidad con
toda la masa bostera que se unía en un abrazo eterno con ese alambrado
mediante.
En ese alambrado
estábamos trepados todos. Éramos invisibles pero sintetizados en los que lo
acompañaban al goleador del tejido para adentro y los hinchas en la tribuna
baja imitando al hombre araña, había miles y millones de hinchas de Boca
compartiendo esa felicidad arriba del citado alambrado.
Ese gol es el
sueño del pibe, porque cualquier hincha que se precie de tal sueña con hacer un
gol que valga un título inmensamente festejado, en la Bombonera y encima en el “arco de los milagros”.
El sueño es el de
todos, el privilegiado fue Claudio Benetti. Yo no lo vi más y ojala que pueda
llegar leer esto para agradecerle por lo
feliz que hizo a un pueblo trepándose al alambrado.
Francisco Maldonado
Francisco Maldonado
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