A fines de noviembre de 2000 Boca revolucionaba al mundo al
derrotar al Real Madrid y consagrarse campeón Intercontinental en Japón, en lo
que pudo haber sido el partido más importante de la historia del club.
Festejos, vuelta olímpica, un regreso al país en 36 hs de
vuelo y un recibimiento simplemente conmovedor. Claro que no había tiempo para
seguir los festejos porque el domingo 3 de diciembre, Boca de local y con toda
la gente eufórica para recibir al campeón del mundo, colmó la Bombonera para ver
como el patrón Bermúdez entraba con la copa en alto para ofrendársela a la
gente, mientras que en las 2 bandejas altas del arco del riachuelo, la
parcialidad visitante daba la espalda para no ser testigos de un festejo que
siguen sin saber como es.
Aquel Boca venía peleando el Apertura con las gallinas y había
sacado una diferencia considerable para viajar tranquilo y volver a errar el
temita del campeonato local.
Los cuervos, siempre duros, quisieron opacar la fiesta Xeneize pero aquel Boca de Bianchi con Palermo, Riquelme, Guillermo, los 3
colombianos y cía. estaban muy derechos y cuando parecía que era un empate sin
goles y que no caía tan mal teniendo en cuenta la ubicación en la tabla, la relajación
por el título en Japón y el cansancio por el viaje, apareció él. El máximo goleador
de la historia del club, el de las hazañas imposibles, el optimista del gol.
El loco Martín cuando faltaban 6 minutos se la punteo a un
Saja que salía a achicar y la mandaba a guardar para redondear una fiesta completa,
hacer todo mas épico y seguir arriba en una tabla que al final del torneo tendría
a Boca otra vez campeón.
Ese fue el inolvidable Boca del 2000, multicampeón y dueño
de hazañas y partidos inolvidables.
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