Sin querer, es reiterado que en esta sección aparezcan jugadores
que hayan actuado de marcadores de punta por la derecha. Un motivo puede ser que
pasaron por el club en épocas de vacas muy flacas y fueron víctimas de los resultados
y por ende ha influido en su rendimiento. El otro (detalle no menor) se puede
deber a que entre en la primera década de este nuevo siglo ha jugado en ese
puesto el señor Hugo Benjamín Ibarra, a nuestro criterio: El mejor N° 4 de la historia
de Boca. Este hecho hace que quien juegue en ese puesto será victima directa de
las comparaciones, de la nostalgia ante semejante leyenda, influyan los
resultados y no se vea plasmado en la cancha algún indicio que muestre
similitud con quien creemos el mejor en ese puesto.
Este es el caso de Hernán Grana, quien llegó de All Boys a
principios de 2014 y siempre que jugó, no lo hizo de la mejor manera (por no
decir mal).
Llegó para integrar un equipo de Bianchi (que hizo jugar
bien a cualquiera, pero con este no hubo caso) y como alegato para una
imposible defensa hay que reconocer que el equipo en sí no jugaba bien.
Puntualmente Grana no mostraba seguridad, tenía grandísimos problemas
a la hora de los cierres, casi ni pasaba al ataque y con la pelota en los pies
poco y directamente nada.
Hubo que tolerarlo hasta el 23 de noviembre de ese 2014
cuando jugó por última vez en la victoria en casa frente a Independiente 3 a 1. *
*Ese partido Boca dio notables ventajas al poner de central al
lado de nuestro homenajeado a Claudio "Chiqui Pérez" y en el arco a Emanuel
Tripodi.
En fin, el saldo más que negativo dejó 21 partidos jugados,
1 expulsión (derrota en copa Argentina frente a
Huracán 2 a 0 el día que la rompió Wanchope Ávila) y por supuesto ningún
gol a favor.
La reflexión es la de siempre, ¡Pensar que Hernán Grana jugó
en Boca!
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