Hay afirmaciones o rótulos impuestos que pueden jugar a
favor o en contra. Particularmente pasó lo segundo con el juvenil Hugo Daniel
Musladini, quien pintaba como crack y terminó sufriendo por el peso de esta
camiseta.
Situándonos en tiempo y espacio hay que remontarse a
principios de 1987 con la llegada de Cesar Luis Menotti como flamante DT para
la segunda ronda de la temporada 1986/87 reemplazando a Mario Zanabria.
Entre las innovaciones de nuevo entrenador, estuvo promover
a un juvenil marcador central para que haga dupla central con el “Pipa”
Higuain. Ese pibe era Hugo Musladini quien causó una excelente impresión en sus
primeras presentaciones entre el torneo de verano y los partidos
correspondientes al campeonato local.
A raíz de esto, el técnico no escatimó elogios para con su pollo a quien catalogó como “el pichón de Pasarella” por su firmeza en la marca, su
personalidad y la juventud que hacía incipiente su crecimiento sin techo alguno
en Boca y pudiera terminar siendo un histórico central del club.
Musladini integró el equipo que salía de memoria y que
terminó peleando con grandes chances de ganar el torneo. (Gatti, Abramovich,
Higuaín, nuestro homenajeado y Hrabina; Melgar, Fabián Carrizo y Tapia;
Graciani, Rinaldi y Comas).
Luego de ese semestre y la liguilla, los rendimientos de
Musladini habían bajado considerablemente y para la temporada 1987/88 alternaba
la titularidad haciendo penales
infantiles y sufriendo alguna expulsión tonta. De a poco se fue apagando la
vela que lo mantenía prendida desde aquella afirmación de Menotti, mas el motivo de ser un jugador del club en épocas
donde los números se seguían acomodando y cuidando de no gastar mucho.
Como si eso fuera poco, en la temporada 1988/89 se fue a préstamo
a San Martín de Tucumán y jugó para el santo el día de la goleada 1-6 en la
Bombonera (lo hizo de volante central).
Volvió a Boca y siguió
alternado siendo más suplente que titular. Llegó a marcar su único gol en Boca
el día del empate 2 a 2 contra San Lorenzo a fines del ’89 en cancha de Huracán.
Su último partido en Boca fue a fines de 1990 en la derrota en Rosario contra
Newell´s en Rosario.
Estuvo en el equipo sensación del Maestro Tabarez en el primer semestre del ’91 pero no tuvo minutos en cancha y luego vino la partida definitiva siendo el nuevo destino Alvarado de Mar del Plata. Sus números en Boca arrojaron 68 partidos oficiales, 3 expulsiones y 1 solo gol.
Compartiendo figurita con el "mellizo" Morales refuerzo uruguayo que pidió Tabarez), otro que tampoco jugó por romperse la rodilla en el '91
Pensar que Hugo “Pichón de Passarella” Musladini jugó en
Boca!!!
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