Desde el día de ayer el museo de la pasión Xeneize tiene una nueva estatua de un ídolo para ser exhibida. La imagen de Silvio Marzolini ahora descansa entre las grandes glorias del club, porque en verdad él ha sido referente e ídolo indiscutido desde su llegada a principios de la década del ’60.
El gran Silvio llegó al club a principios de 1960 con apenas
19 años procedente de Ferro junto con el tano Antonio Roma.
Lateral izquierdo de quite, juego y gran técnica, enseguida
se adaptó a lo que es Boca y sus rendimientos fueron superlativos junto con los de un equipo que en esa década del
’60 ganaría varios títulos.
Junto con Roma y Silvero eran los primeros nombres que salían de
memoria en los equipos de aquel tiempo y su destacado trabajo en el sector izquierdo
de la defensa, le brindaron la posibilidad de jugar los mundiales de Chile ’62 e
Inglaterra ’66, siendo elegido en ambas competencias como el mejor en su puesto
por lo que se ganó el rótulo del “mejor 3 del mundo”. Tan equivocados parece
que no estaban en la FIFA porque en Argentina es considerado como el mejor
lateral de la historia del fútbol argentino.
Campeón en 1962, 64, 65, también ganó los nacionales de 1969
y ’70 junto con la primera conquista de la copa Argentina también en el ’69 en
el equipo de Alfredo D’istefano.
En el mencionado Nacional de 1969, Boca se consagró campeón en
cancha de riBer empatando con el local 2 a 2 la famosa tarde que se prendieron
los grifos de riego para que Boca no diera la vuelta.
Marzolini no solo dio la vuelta con sus compañeros, sin que dio una segunda vuelta olímpica solo entre el agua del riego, los insultos de los locales y la ovación de la hinchada del equipo campeón.
La vuelta olímpica solo en un monumental con los grifos prendidos para evitar el festejo.
Jugó hasta el año 1972 (se despidió el 10 de diciembre en la victoria 1 a 0 frente a Huracán por la última fecha del torneo Nacional) y dejó una cifra de 619 partidos
disputados entre locales, internacionales y amistosos. Marcó 13 goles (1 gol
por año de promedio) y vio la tarjeta roja solamente 3 veces.
Como los grandes ídolos siempre vuelven, Silvio fue el técnico
de 1981 cuando Boca contrató a Maradona y también pudo ser campeón como DT. Recién
este año el vasco Arruabarrena pudo volver a ser un DT campeón que también lo había
logrado como jugador. Silvio era el último caso. Por problemas cardíacos dejó
su cargo después de aquel Metropolitano por lo que el torneo Nacional de 1981
fu dirigido por su ayudante Horacio Bongiovanni.
Como Técnico también fue campeón y tuvo el privilegio de dirigir a Maradona.
Siempre siguió en el club y fue el coordinador del fútbol
juvenil a principios de la década del ’90 hasta que tuvo un segundo ciclo como técnico
en 1995, lamentablemente no pudo volver a ganar un título pero fue el técnico que
hizo reaparecer a Maradona en el torneo Apertura junto con Caniggia, aquel que Boca peleó hasta el final.
Adorado por el hincha que lo vio jugar, respetado por
aquellos que lo vimos dirigir y querido por todo el pueblo boquense, Marzolini
en una parte de Boca y hoy tiene su merecida estatua en un museo con mucha
gloria de la que él contribuyó a obtener.
Marzolini ayer en la presentación de su estatua en el momento que se descubre la imágen.
Gracias Silvio, el hincha de Boca te quiere.
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