Fines de 1992. Boca campeón cortaba 11 larguísimos años sin títulos locales y uno de los referentes de aquel equipo del maestro Tabarez era el “Beto” Alberto José Márcico, confeso hincha xeneize que había llegado en marzo de ese ’92 y se puso el equipo al hombro y jugando en una pierna casi todo aquel Apertura, le daba al equipo el fútbol necesario para ganar y mantenerse durante todo ese segundo semestre bien arriba.
Ya con el título en La Boca y un país desbordado por uno de
los festejos más grandes que se recuerden, la revista El Gráfico juntó al Beto
con otras 2 leyendas de la historia grande, Silvio Marzolini y el loco Hugo
Gatti quienes le daban la bienvenida al club de ídolos del equipo donde se ganaron
el corazón del hincha y lo pudieron ratificar con una vuelta olímpica.
Anécdotas, pilchas bien de principios de los ’90, hinchas de fondo y el barrio
de La Boca como escenografía inmejorable, todo dado para el ingreso de un nuevo
ídolo al firmamento azul y oro.
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