Fue una verdadera gesta mundial. Por lo que significó (y
significa) y como se dieron las cosas para llegar a esa definición seguida de
la consagración.
Para situarnos en tiempo y espacio primero hay que hacer una
aclaración porque algunos dicen que fue la Intercontinental del ’77 y otros la
del ’78. En verdad pasó que Boca, campeón de la copa Libertadores de 1977, ganó
el derecho a disputar la copa Europeo-Sudamericana con el campeón de la copa de
campeones de la UEFA (hoy Champions League) de esa misma edición al año
siguiente. Por lo que la copa pertenece a la edición 1977 pero se disputó en el
’78.
Otra aclaración es que el campeón europeo era el Liverpool
inglés, pero desistió de jugar la copa. (Eran otras épocas donde no había televisación
y no había tanto negocio como para jugar una copa cruzando el continente). Negado
el Liverpool, quien dijo que sí fue el subcampeón de esa copa, el Borussia
Monchengladbach de Alemania.
Eran partidos ida y vuelta y se había estipulado que primero
se jugara en Argentina y la revancha en Karlsruhe, cuidad de donde eran
oriundos los germanos.
El primer chico en una Bombonera que rebalsaba para sacar
una buena diferencia de cara a lo que sería el durísimo choque de la revancha,
se jugó el 21 de marzo del ’78 en un clima por demás mundialista en este país esperando
la copa del mundo que se disputaría en junio.
Para ese partido, el gran ausente fue el loco Gatti quien no
jugó debido a una lesión y lo reemplazó Osvaldo Santos. El resto del equipo
fue: Pernía, pancho Sa, Mouzo y Bordón; el chino Benítez, Suñé, Zanabria;
Mastrangelo, el cholo Pavón y Salinas.
Poco se conocía del Borussia y mostró un equipo inteligente,
duro y que se plantó de igual a igual. Fue 2 a 2 con un dejo de preocupación al
tener que ir a ganar si o si a Alemania.
Eber Mastrangelo había abierto la cuenta a los 15’ y antes
de la media hora del primer tiempo, la visita había dado vuelta el resultado y
ganaba 2 a 1. Por suerte a los 15’ del complemento el ruso Ribolzi (que entró
para el arranque del ST por Benítez) empató el juego en un resultado que
terminaría siendo el final.
Algo de preocupación pero muchas conclusiones sacadas por el
toto Lorenzo para encarar la revancha en Europa.
El toto, que no se le escapaba ningún detalle, pidió jugar
la revancha cuando los alemanes estuvieran en la pretemporada para agarrarlos
duros y con falta de futbol, por eso se jugó en Willpark el 1 de agosto en
medio de la puesta a punto del rival, teniendo en cuenta que Boca venía con
ritmo de competencia luego de retomar el torneo local después del parate del
mundial.
La revancha en Alemania Boca presentó a Gatti; Pernía,
Tesare, Bordón (Lorenzo necesitaba zagueros rápidos y pateó el tablero con esos
cambios) y el colorado Suárez; Salinas, Suñé, Zanabria, Mastarangelo, poroto
Saldaño y Dario Felman.
Evidentemente la sabiduría del entrenador pudo más y los
cambios le salieron redondísimos porque el partido fue perfecto con un 3 a 0
contundente que se festejó a lo largo y a lo ancho del país .
Ya de entrada a los 2’ ganábamos 1 a 0 con gol de Felman. A los
33’ Mastrángelo marcó el segundo y sin dejarlos reaccionar, a los 35’ del
primer tiempo el loco Carlos Salinas marcó el tercero (arrodillándose adentro
del arco y besando el césped) en un vendaval futbolístico Xeneize.
Define el Eber para el 2 a 0 parcial
Boca campeón del mundo. La hazaña se había conseguido y el
viejo Boca volvía a demostrar que no hay nada imposible más allá de las complicaciones
o las adversidades que pueden parecer en el camino.
Aquella generación dorada con el toto a la cabeza nos dieron
la primera de las 3 intercontinentales que tenemos en las vitrinas. El orgullo
y el agradecimiento será eterno y nunca nos vamos a cansar de repasar los goles
una y otra vez.
En ese ’78 levantamos por primera vez la copa del mundo, de
visitante y a lo Boca….
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