Empezó una nueva década que estaría repleta de éxitos pero
en ese primer año la cosa seguía igual, sin alegrías para el pueblo boquense.
Llegaron muchas caras nuevas. Las más relevantes fueron las
de Silvio Marzolini y Antonio Roma provenientes de Ferro y que se quedarían para
siempre en la historia del club.
Otro histórico que llegó desde Brasil fue Paulo Valentím y
junto con él Edson Dos Santos. A esos refuerzos se le sumaron la experiencia de
Ernesto grillo, el uruguayo José francisco Sasia junto con su compatriota
Walter Davoine y también el peruano Víctor Benítez.
El entrenador ese año fue un ex jugador del club, Carlos “Lucho”
Sosa y la campaña fue relativamente buena pero el objetivo no se cumplió que
era el de salir campeón.
En el agrupamiento final Boca terminó en el 5to lugar pero a
tan solo 4 puntos del campeón Independiente y con números muy positivos. Sobre 30
partidos jugados se ganaron 13, se empataron 11 y se perdieron solo 6.
Los goles también dejaron un saldo positivo: 58 a favor
contra 36 recibidos.
En los clásicos también anduvimos bien. El primero fue
empate 1 a 1 de visitante y en la revancha en La Boca fue victoria 3 a 1 con 2
goles de Paulo Valentím que empezaba a convertiste en la gran pesadilla gallina
de aquellos años.
De a poco se iba gestando un grupo que ganaría varios
campeonatos más adelante.
La foto correspondiente a la victoria 4 a 1 frente a
Estudiantes de La Plata el 28 de agosto.Parados; Arriba: Antonio Roma, Walter Davoine, Antonio Rattín, Osvaldo Ayala, Víctor
Benítez, Silvio Marzolini y Carlos Rico.
Abajo: Angel Nardiello, Ernesto Grillo, José Sasia, Guillermo
Lorenzo y José Yudica.
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